El término vitamina K agrupa diversas sustancias derivadas del núcleo 2-metil-1,4-naftoquinona o menadiona y participan en la activación de determinados factores de la coagulación.
Existen dos formas naturales y atóxicas, que difieren en su cadena lateral:
La vitamina K se ha bautizado así por su actividad sobre la "Koagulation" (en alemán). De hecho, tras llegar a los vasos linfáticos, es recogida por los quilomicrones y se acumula en el hígado, donde intevendrá en la síntesis de cuatro factores de la coagulación, entre ellos el factor II (protrombina) y su conversión en trombina.
La vitamina K activa la síntesis de osteocalcina, una hormona específica del tejido óseo, sintetizado por los osteoblastos. Garantiza así la mineralización de los huesos, al capturar y repartir el calcio en el organismo, en los huesos y los dientes.
Además, contribuye a su movilización al expulsarlo de las arterias y las partes blandas, lo que protege a estas últimas de una posterior calcificación, como la ateroesclerosis y la calcificación aórtica.
Por tanto, si se toma en forma de complementos, la vitamina K permite reducir los accidentes relacionados con la osteoporosis, previniendo las fracturas (de cadera, por ejemplo) y evita sobre todo la calcificación de las arterias.
La vitamina K2 es además uno de los mejores agentes preventivos de la inflamación crónica que puede dañar los tejidos durante años y de manera silenciosa, y contribuir así a la aparición de enfermedades íntimamente relacionadas: cáncer, obesidad, enfermedades cardiovasculares (lo que limita los accidentes cerebrovasculares, los infartos).
De hecho, los estudios han mostrado que la vitamina K2 combate los fenómenos relacionados con la inflamación inhibiendo los marcadores proinflamatorios producidos por los monocitos.
Tras un estudio reciente realizado en España con más de 7000 participantes durante 4,8 años aproximadamente, las personas que aumentaron el consumo de vitamina K (filoquinona y menaquinona) tenían un menor riesgo de mortalidad por todas las causas y de padecer cáncer, que las personas que redujeron o no modificaron su consumo. Así, los investigadores concluyeron que un aumento del aporte alimentario ee vitamina K se asocia a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer o mortalidad por cualquier causa en una población mediterránea que presenta un alto riesgo de enfermedad cardiovascular.
Según un estudio japonés, efectuado durante un año en mujeres de más de 65 años y con enfermedad de Parkinson, el aporte complementario de vitamina K (45 μg al día) permitió reducir el número de fracturas de cadera y aumentar ligeramente su densidad mineral ósea en relación con el grupo de placebo.
Un estudio más reciente mostró incluso que la vitamina K2 se revela como un buen agente preventivo de la enfermedad de Parkinson, puesto que sirve de transportador de los electrones, al mantener unos niveles normales de ATP en las mitocondrias.
La menaquinona-7 o MK-7, que se extrae del nattō, es la fracción que tiene la biodisponibilidad y la actividad más elevadas de las menaquinona que conforman la vitamina K2.
La menaquinona-7 se utiliza en Japón desde 1995 para proteger y fortalecer los huesos y las articulaciones.
Las investigaciones han permitido demostrar que regula la producción del calcio, ya que activa:
El potencial de los beneficios que la vitamina K2 ofrece para la salud, al igual que la vitamina D3, lo convierte en uno de los complementos nutricionales más importantes de estos últimos años. La adición de vitamina D3 a este complejo facilita la absorción y el transporte del calcio en el sistema óseo. Refuerza significativamente la acción de la menaquinona-7 actuando sobre la formación de los huesos y la densidad mineral ósea en las mujeres menopáusicas afectadas o no por la osteoporosis. Por tanto, estas dos sustancias actúan en sinergia.
Además, estudios recientes han demostrado que la vitamina D3 ayuda a mantener y apoyar la actividad pancreática y el metabolismo de los hidratos de carbono y que proporciona un apoyo eficaz a la función inmunitaria.
Su asociación a la vitamina K2, en una sola toma diaria más equilibrada, hace de MK-7 + D3 un complemento nutricional preventivo indispensable:
Recientemente, investigadores de la universidad de Maastricht han demostrado incluso que a numerosas personas con buena salud les faltaba vitamina K y que un aporte complementario de vitamina K2 es beneficioso para los hombres y mujeres de más de 40 años.
La dosis diaria útil de MK-7 se establece en 90 μg al día, es decir, el equivalente a 15 g de nattō, que se deben tomar durante una comida que aporte otras fuentes de lípidos para una mejor asimilación, incluso aunque las softgels ya están compuestas de aceite de linaza, reconocido por su riqueza en ácido alfa-linoleico, un ácido graso esencial, el principal de los omega-3.
Precauciones de uso: La vitamina K2 no presenta toxicidad. No obstante, y teniendo en cuenta su poder "coagulante", se recomienda solicitar la opinión de un terapeuta en caso de toma simultánea con anticoagulantes.
No exceda la dosis diaria recomendada. Este producto es un suplemento nutricional y no debe usarse como sustituto de una dieta variada y equilibrada o de un estilo de vida saludable.
Conserve en un lugar fresco y seco, alejado de la luz solar directa, el calor y la humedad. Mantenga fuera del alcance de los niños.
Si está embarazada, amamantando o tiene alguna condición médica, consulte a su proveedor de atención médica antes de usar este producto.
Consulte a su proveedor de atención médica antes de usarlo, especialmente si está tomando algún medicamento u otros suplementos, ya que pueden ocurrir interacciones potenciales.