Krill es el nombre genérico de las minúsculas gambas que pueblan las frías aguas del océano Antártico, compuestas esencialmente de ácidos grasos omega-3 de cadena larga, como el EPA y el DHA, cuyas virtudes beneficiosas y pluripotentes no paran de demostrarse.
Krill, en noruego significa "alimento de ballena", incluso si los pájaros bobos, las focas, las aves marinas y los salmones también lo consumen.
El aceite de krill del Antártico, Euphasia superba, se produce a partir de krill congelado, triturado y sometido a extracción. Las proteínas y otros componentes del krill se eliminan del extracto lipídico mediante filtración, lo que permite garantizar un aceite intachablemente puro, sin dioxinas, metales pesados ni PCB. Nuestro krill es de origen noruego (AKER) y se garantiza la ausencia de residuos de contaminantes.
El aceite de krill está compuesto esencialmente de ácidos grasos poliinsaturados, EPA y DHA. Un gramo de krill aporta en torno a 250 mg de EPA + DHA, por lo que se incluye en las recomendaciones nutricionales internacionales relativas a estos dos ácidos grasos de cadena larga, que son del orden de 500 mg/día.
No obstante, lo que diferencia al aceite de krill de los aceites de pescado es su importante proporción de antioxidantes y fosfolípidos. Estos componentes hacen al aceite más estable, conservan la integridad de los frágiles ácidos grasos y mejoran su biodisponibilidad. De hecho, son los fosfolípidos (al menos un 40% en el aceite de krill) y, solo ellos, los que aseguran el transporte de los ácidos grasos hacia sus objetivos, las membranas celulares, y los que tienen un papel protector esencial de las neuronas cerebrales.
El valor ORAC del aceite de krill es de 378 unidades por gramo, es decir aproximadamente el del kiwi. El principal antioxidante presente es la astaxantina (0,8 mg/g), un compuesto de la familia de los carotenoides. La astaxantina es un antioxidante importante y específico de la visión y la piel, ambas sometidas a las radiaciones UV del sol. También se recomienda habitualmente en caso de fatiga ocular o DMAE, ya que aumenta el flujo sanguíneo en la retina y protege los tejidos del cristalino contra los efectos nefastos de los radicales libres.
La inflamación crónica prepara el terreno para las enfermedades denominadas de la civilización: enfermedades cardiovasculares, artritis. Según diversos estudios, la ingestión de aceite de krill permite disminuir la inflamación en el corazón y el sistema cardiovascular. Durante la evaluación de las alegaciones de sanidad, la EFSA lo reconoció incluso como una sustancia protectora contra el riesgo cardiovascular. Se revela pues útil tras un infarto de miocardio o simplemente para prevenir los riesgos cardiovasculares relacionados con la inflamación crónica.
El segundo aspecto de una inflamación crónica es su impacto directo sobre las articulaciones, y en particular sobre los síntomas de la artritis y la poliartritis reumatoide. La ingestión de krill durante un mes permite reducir en un 30% las tasas de proteína C reactiva (CRP), un marcador fisiológico de los procesos inflamatorios. Así pues, si se ingiere durante varias semanas, el aceite de krill reduce el dolor y la rigidez de las articulaciones artrósicas y permite una reducción del consumo de antiinflamatorios.
Según los resultados de un estudio, el aceite de krill podría tener la capacidad de eliminar en las ratas la esteatosis del hígado (el engrasamiento) causada por un consumo excesivo de grasas malas. Además, según otras investigaciones, su consumo durante tres meses permite reducir de manera significativa las tasas de colesterol LDL (menos del 18%) y de triglicéridos sanguíneos (menos del 27%) con una toma de 2 a 3 g al día. Estos resultados demuestran claramente los efectos beneficiosos del aceite de krill sobre la acumulación de grasas en el organismo y sobre la reducción de las recaídas y del riesgo de muerte tras un infarto de miocardio.
Durante un ensayo realizado con 70 mujeres en Québec, los investigadores constataron que la utilización diaria de aceite de krill podría haber mejorado considerablemente los síntomas premenstruales, así como los dolores durante la regla (dismenorrea), con una ingestión de 2 g al día.
Los investigadores preconizaron el uso de aceite de krill en el tratamiento de ciertos desórdenes psíquicos (depresión, trastornos bipolares). Estos efectos beneficiosos sobre las manifestaciones emocionales se han notificado con los fosfolípidos, que se cree que permiten a los omegas 3 atravesar la barrera natural que normalmente les impide penetrar en las neuronas del sistema nervioso central. No obstante, todavía se esperan amplios estudios para extender y cotejar estos resultados.
No exceda la dosis diaria recomendada. Este producto es un suplemento nutricional y no debe usarse como sustituto de una dieta variada y equilibrada o de un estilo de vida saludable.
Conserve en un lugar fresco y seco, alejado de la luz solar directa, el calor y la humedad. Mantenga fuera del alcance de los niños.
Si está embarazada, amamantando o tiene alguna condición médica, consulte a su proveedor de atención médica antes de usar este producto.
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20 agosto 2022
I have been using this product for about 3 months now. had my cholesterol test and my triglyceride levels were way down. did not change any eating or drinking habits.
19 octubre 2021
Haven’t had a bad experience to date.