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La sinergia revolucionaria H. Pylori Fight Advanced Formula incorpora los últimos avances de la investigación en la lucha contra la bacteria patógena Helicobacter pylori (conocida como H. pylori). Este "tratamiento natural de primera calidad" forma parte de nuestra categoría digestión y confort urodigestivo.
La fórmula de primera calidad H. Pylori Fight Advanced Formula combina el famoso postbiótico Pylopass™ con 3 probióticos seleccionados, inulina y resina de lentisco o almáciga, para una eficacia inigualable.
Versión mejorada de nuestro famoso H. Pylori Fight, la fórmula sinérgica H. Pylori Fight Advanced Formula combina los compuestos más prometedores contra la bacteria Helicobacter pylori:
Helicobacter pylori es una bacteria Gram negativa de forma helicoidal que coloniza la pared interna del estómago (9). Dotada de formidables mecanismos de adaptación, es uno de los pocos patógenos capaces de sobrevivir en un medio tan ácido. En particular, produce una enzima llamada ureasa, que convierte la urea en amoníaco, disminuyendo la acidez gástrica y favoreciendo su proliferación en el moco (10). Una vez establecida, no desaparece espontáneamente y persiste durante toda la vida si no se erradica adecuadamente.
La contaminación por H. pylori es extremadamente frecuente, con una prevalencia que se cree que puede alcanzar el 50% de la población mundial (11). Generalmente se produce en la infancia, principalmente por contacto directo con secreciones gástricas (regurgitaciones, vómitos, etc.), y más raramente a través de las heces en los países en desarrollo, donde las condiciones higiénicas son precarias. Aunque puede permanecer silenciosa durante mucho tiempo, en algunos casos da lugar a complicaciones graves, como veremos a continuación.
H. pylori induce une inflamación crónica del estómago (gastritis) que suele pasar totalmente desapercibida (12). La gran mayoría de las personas infectadas permanecerán asintomáticas durante el resto de su vida. Sin embargo, en ciertos individuos puede sospecharse en caso de molestias digestivas recurrentes (dolor y/o reflujo gástrico, eructos, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, etc.) (13) Sin embargo, estos signos no son muy característicos y a veces pueden atribuirse a otros trastornos.
Helicobacter pylori es tanto más insidiosa cuanto que se desarrolla silenciosamente, a menudo a lo largo de varias décadas. En el 10% de los casos, se le acusa de causar problemas a largo plazo que afectan al estómago y/o al duodeno, la parte superior del intestino delgado (14).
Excepcionalmente (en torno al 1% de los casos), algunos portadores de la bacteria acaban desarrollando problemas gástricos. No obstante, parece que H. pylori es responsable de cerca del 80% de las dolencias estomacales, de ahí la importancia de aplicar una estrategia terapéutica lo antes posible tras el diagnóstico para minimizar este riesgo (15).
Cuando no existen criterios de urgencia, es posible descartar la posibilidad de infección por H. pylori mediante serología (análisis de sangre), que detecta anticuerpos IgG dirigidos contra la bacteria: un resultado negativo descarta automáticamente la contaminación (16). Cabe señalar que existen otras dos pruebas que pueden realizarse en el laboratorio para detectar previamente la bacteria: la prueba de antígenos en heces y la prueba del aliento con urea marcada (más comúnmente utilizada posteriormente para controlar la eliminación de la bacteria tras el tratamiento) (17).
Cuando las pruebas son positivas, cuando hay antecedentes familiares de problemas estomacales o un contexto clínico particular, la endoscopia digestiva alta o fibroscopia es el examen de referencia (18). La toma de una muestra de células de la pared gástrica (biopsia) y su cultivo permiten confirmar la presencia de H. pylori y comprobar su sensibilidad a los antibióticos disponibles estableciendo un antibiograma. La inspección endoscópica también tiene otra ventaja: puede revelar cualquier lesión causada por la bacteria.
H. pylori sólo es sensible a un puñado de moléculas antiinfecciosas. Si se ha comprobado la sensibilidad de la bacteria, el tratamiento convencional se basa en una terapia triple combinando un inhibidor de la bomba de protones (IBP) y 2 antibióticos. En caso contrario, se utiliza una terapia cuádruple "probabilística" que combina un IBP, antibacterianos y/o sal de bismuto (19).
Sin embargo, la terapia antibiótica dista mucho de ser infalible, ya que fracasa en un 10-20% de los casos. Además del escaso cumplimiento del tratamiento, esta ralentización del efecto terapéutico parece ser una ilustración más del fenómeno de la resistencia a los antibióticos (20). La Organización mundial de la salud (OMS) ha clasificado esta bacteria como "un agente patógeno prioritario para la investigación y el desarrollo de nuevos antibióticos".
Como apoyo a la reparación de la mucosa gástrica, le sugerimos el tándem DGL 500, un complemento de raíz de regalíz desglicirrizado que contribuye a la salud gastrointestinal favoreciendo la secreción de mucosidad, y Zinc L-Carnosine, el zinc que contribuye a la protección de las células contra el estrés oxidativo (21-22).
Para aliviar las inflamaciones gástricas inducidas por H. pylori, también puede optar por la cúrcuma (por ejemplo, con Super Curcuma que tiene una asimilación récord). Este rizoma con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes se ha utilizado durante milenios en la medicina ayurvédica para apoyar los procesos digestivos (23).
No exceda la dosis diaria recomendada. Este producto es un suplemento nutricional y no debe usarse como sustituto de una dieta variada y equilibrada o de un estilo de vida saludable.
Conserve en un lugar fresco y seco, alejado de la luz solar directa, el calor y la humedad. Mantenga fuera del alcance de los niños.
Si está embarazada, amamantando o tiene alguna condición médica, consulte a su proveedor de atención médica antes de usar este producto.
Consulte a su proveedor de atención médica antes de usarlo, especialmente si está tomando algún medicamento u otros suplementos, ya que pueden ocurrir interacciones potenciales.