Según la Sociedad nacional francesa de gastroenterología (SNFGE) (1), la sociedad médica de enfermedades y cáncer del aparato digestivo, el 10 % de la población padece regularmente reflujo gastroesofágico.
Como regla general, el reflujo gastroesofágico se produce cuando la acidez excesiva de los jugos gástricos contenidos en el estómago provoca un reflujo de estos jugos estomacales hacia el esófago.
Este trastorno de la digestión también está acentuado por las disfunciones de la parte inferior del esófago, especialmente en el diafragma y en el esfínter del esófago, ese pequeño músculo en forma de anillo cuya función es precisamente impedir el reflujo.
También según la SNFGE, todo el mundo experimenta este tipo de trastornos de la digestión en algún momento de su vida. El RGE no se convierte en problemático y es considerado patológico por los médicos cuando provoca lesiones o síntomas en el esófago.
En efecto, el RGE puede provocar numerosos problemas como sensaciones de acidez, una molestia a nivel torácico o en las mucosas , etc. Además, este fenómeno puede ser la causa de problemas más graves, como la proliferación de células anormales.
Por esta razón, el reflujo gastroesofágico es un trastorno que hay que cuidar y que conviene combatir.
La SNFGE afirma de manera categórica que “el aumento de peso es un factor principal en la aparición del reflujo gastroesofágico , incluso si no se tiene sobrepeso.” Y esto es debido a que “la obesidad” abdominal ejerce una presión excesiva sobre el estómago y el esfínter, fragilizando así la barrera natural y favoreciendo el reflujo.
Por otra parte, otros elementos exteriores pueden acentuar el reflujo, como el consumo de alimentos demasiado ácidos y mal tolerados, el consumo excesivo de alimentos fermentables , etc.
Acidez de estómago, regurgitación ácida, malestar a nivel torácico , sensaciones de obstrucción de la garganta, etc. son síntomas evidentes de reflujo gástrico.
En primer lugar, los gastroenterólogos recomiendan siempre tratar el reflujo gástrico con la adopción de algunas sencillas medidas higiénico-dietéticas (3). Y hacerlo antes de comenzar cualquier tratamiento con medicamentos.
Las comidas demasiado copiosas llenan el estómago de forma excesiva. Éstas hacen que se ejerza una presión demasiado fuerte sobre el esfínter del estómago, que no puede mantener su tensión y por tanto deja pasar los jugos gástricos.
La solución es tomar comidas ligeras y completarlas con dos tentempiés a lo largo del día para evitar caer en hipoglucemia.
La digestión es un proceso que lleva tiempo (como media 8 horas). Por tanto, lo ideal es dar tiempo al estómago para que se vacíe antes de acostarse. La posición tumbada, por la gravedad, también ejerce presión sobre el estómago, y por tanto sobre su esfínter, lo que favorece el reflujo gástrico. Al cuidar de no acostarse (por la noche o para una siesta) menos de dos horas después de una comida, se limitan así los riesgos de los RGE.
Debido a que el peso es un factor decisivo del RGE, es primordial, para combatir eficazmente el reflujo, comenzar una dieta para perder peso. Actividad física, déficit calórico, consumo de alimentos ricos en fibras solubles y de alimentos ricos en proteínas magras, etc. son soluciones para perder peso. Asimismo, tómese el tiempo de masticar para evitar sobrecargar su estómago demasiado rápido, y para dar tiempo a su cerebro para que active la sensación de saciedad.
Para su información, los alimentos que hay que evitar son generalmente platos con salsa, platos especiados, carnes grasas (chuletas de cerdo, chuletas de cordero...), la charcutería, el camembert, la mantequilla, la mermelada, las galletas, el chocolate, las bebidas gaseosas, el alcohol... Los platos demasiado grasos en especial, tardan en digerirse: la materia grasa permanece mucho tiempo en el estómago, fragilizando así el esfínter y favoreciendo el reflujo.
En cambio, convendría dar preferencia a la verdura cocida, la fruta (idealmente fuera de las comidas), la carne magra (pollo, conejo...), el arroz, el agua sin gas...
No obstante, es difícil categorizar definitivamente los alimentos que provocan o no reflujo gástrico. En efecto, los factores de RGE son muy variables según las personas. Por consiguiente, si usted padece reflujo gástrico, le conviene identificar usted mismo los alimentos que le vienen bien o no, para saber cuáles prohibir y cuáles preferir.
Pasemos finalmente revista a las sustancias que pueden ayudarle a atenuar este malestar gastroesofágico. Elalginato de sodio, en primer lugar, es conocido por formar una especie de gel protector que flota sobre la superficie de los jugos gástricos, ayudando así a neutralizar sus efectos molestos en la mucosas (4).
El bicarbonato de sodio y el carbonato de calcio, por su parte, contribuyen a reducir la acidez de los jugos gástricos (ya que son compuestos con un pH básico). Asimismo, ciertos extractos de plantas posiblemente participan en la buena salud digestiva, como elolmo rojo o elregaliz (contenido en nuestro complemento DGL para la protección del estómago) (5-6).
La mayoría de estas sustancias han sido reunidas en un complemento único llamado Anti-Acid Reflux Formula.
Observe que el jengibre, por su parte, también es utilizado tradicionalmente para contribuir a una buena salud digestiva (Super Gingerols) (7).
En conclusión, para combatir eficazmente el reflujo gastroesofágico, basta generalmente con seguir algunos consejos higiénico-dietéticos sencillos de aplicar, a los que se pueden añadir complementos alimenticios conocidos para favorecer una buena salud digestiva.
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